Cinco de las incoherencias de la COP27

La Conferencia número 27 sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas – COP27, que se está llevando a cabo en Egipto, hace gala de lo mismo que sus antecesoras: GREENWASHING. Así que quiero hablar de algunas de las incoherencias de la #COP27.

Empecemos:

1. Por un lado, hablemos de Egipto, el país anfitrión de la conferencia. Los activistas locales critican la elección del país, pues en él se viven situaciones de violaciones sistemáticas de Derechos Humanos, censura, persecución, etc. Además, el país va muy atrás en el cumplimiento de sus metas de reducción de emisiones y se ha conformado con el discurso obsoleto del reciclaje. Amistades, el reciclaje no es la solución de nada (aunque no hay que dejar de hacerlo); estamos en un momento de crisis climática, ambiental y social que requiere acciones contundentes y radicales.

2. Sigamos con los patrocinadores: la COP27 es patrocinada por Coca Cola, la compañía responsable de la mayor contaminación con residuos plásticos del planeta. Entendiendo que entre los objetivos de desarrollo sostenible están la protección de la vida marina y de los ecosistemas terrestres, y la acción climática, resulta absolutamente irrisorio que una compañía cuyos productos son empacados en plástico derivado de la explotación de combustibles fósiles (que es la que nos tiene en este embrollo) y que además permanecen en la Tierra por cientos y cientos de años, contaminando y degradando los ecosistemas, sea la que patrocina la conferencia que debería estar buscando soluciones contra este tipo de empresas, es decir: patrocino la conferencia para que nadie me persiga. Muy bonito, vendiéndole el alma al diablo desde tiempos inmemorables. Esto ya había pasado antes, de hecho, el patrocinador del año pasado fue Unielever, una empresa que también se lleva la medalla en contaminación y malas prácticas ambientales.

3. Continuemos con la conformación de los líderes de la conferencia. Les reto para que en esta fotografía encontremos qué es problemático y me lo cuenten.

Imagino que pudieron observar que la participación de mujeres es absolutamente mínima y ridícula, entendiendo que la igualdad de género es uno de los objetivos claves de desarrollo de la sociedad. Sin la presencia de las mujeres no podrá haber avances en esta crisis y mucho menos en materia ambiental.

4. Los jets privados: la industria aeronáutica es una de las principales contaminantes atmosféricas de la Tierra. Los viajes en avión generan toneladas de CO2. Cuando viajamos en avión «compartimos» esas emisiones (que siguen siendo muchas), es decir, lo que emite el avión se reparte entre todos los pasajeros, pero los jets privados son otra cosa porque se está emitiendo la misma cantidad de CO2 para solo unos pocos pasajeros. Y resulta que los mandatarios y líderes que asistieron a la COP se desplazaron todos en ¡Adivinen! jets privados, emitiendo miles y miles de toneladas de CO2 a la atmósfera, ¿no les parece que deberían ser ellos mismos los principales ejemplos para el resto del planeta? Es inconcebible a este punto que todavía se permita la circulación de jets privados, lo cual evidencia que no nos interesa en absoluto solucionar la crisis, pero sí mantener nuestros privilegios, sean o no justificados.

5. El menú: del consumo de animales hablo mucho en esta cuenta, sobretodo desde la perspectiva del animal: del dolor, del sufrimiento, del asesinato, de la explotación, pero también hablo del impacto ambiental negativo que genera la dieta convencional que basa la adquisición de nutrientes de fuentes animales. Es fácil hacer una búsqueda en Google, la información está disponible y no es algo que yo me esté inventando para imponer mi «ideología» vegana, todo lo contrario, la evidencia es clara en cuanto a los daños que causa la explotación pecuaria en el ambiente. De hecho, la FAO, que no es para nada vegana ni antiespecista, hace muchos años hizo un informe que se llama ‘la larga sombra de la ganado‘ y en él explica las múltiples implicaciones que tiene el consumo de animales en el planeta, desde la degradación de suelos, la deforestación, la contaminación atmosférica, la contaminación de ríos, la compactación del suelo, entre otros. El consumo de animales no es eficiente en términos energéticos ni de costo-beneficio; el consumo de animales es un gusto que nos damos pero que no necesitamos y ¡Adivinen otra vez! en la COP27 los menús estaban basados principalmente en carne y secreciones animales, pocas opciones 100% vegetales; y hay que tener en cuenta algo: esto no es un tema ni de ideologías ni de preferencias, el tema es que si una conferencia busca mitigar y atacar la crisis y emergencia climática que estamos viviendo debería ser consecuente y tener platos 100% vegetales, ni siquiera tienen que tener la postura ética del veganismo; es simple y llana coherencia con el discurso que se está buscando sostener.

Y mientras un montón de gente está en Egipto sumándose a este greenwashing masivo, jóvenes y científicos de todo el mundo están haciendo acciones directas para obligar a los gobiernos a que acaten las medidas radicales y urgentes que se requieren para garantizar nuestra supervivencia. ¿Y que les está pasando? están siendo detenidos al igual que los periodistas que están cubriendo sus acciones. Mientras los jóvenes están luchando por su futuro los señores de la COP27 están jugando a ser ambientalistas. Como decía un tweet que leí en estos días: en la COP27 no debería estar nadie que no vaya a estar vivo para el 2050.

Estas cumbres y todos los «esfuerzos» que buscan mitigar la crisis climática de parte de los gobiernos, o son nulos o son tibios. No podemos seguir actuando con tibieza y debemos empezar a hablar y actuar sobre cosas que nos incomodan y que nos parecen casi un pecado: Somos demasiadas personas en la Tierra y la población sigue creciendo, estamos aumentando casi que infinitamente en un sistema finito (en los últimos 50 años la población se duplicó) ¿Hay que matar gente? ¡No! ¿Hay que decirle a los pobres que no tengan hijos? ¡No! Esta es una cuestión global que se suma y articula al otro punto: consumimos demasiado, extraemos demasiado y contaminamos demasiado, y todo se sostiene en que cada vez somos más que queremos «vivir bien».

Además, nos dio por pensar que el progreso y la salud dependen de la proteína proveniente de los animales. En India por ejemplo, un país que siempre fue mayoritariamente vegetariano, empieza a presentarse un rechazo hacia ese tipo de dieta y se acusa de fascistas a aquellos que la promueven. Creemos que gracias a la carne nuestra especie «lo logró», se alejó de lo salvaje, pero no es cierto. El consumo de carne en esa época no era tan frecuente y así lo dice en este artículo y en muchos otros que encontraremos por ahí. ¿Qué el consumo de carne animal pudo impulsar cosas como la domesticación, que finalmente terminaron de catapultar la especie? Es probable ¿Es correcto? ¿Es necesario? No.

En fin, nuestra sociedad aprendió una maña y fue justificar algunas acciones con que son «decisiones personales», pero no es así. Todas nuestras decisiones afectan al otro, a la comunidad y al planeta. No es una decisión personal consumir animales, porque los miles de millones de animales torturados, explotados, abusados y asesinados también cuentan, porque el nefasto impacto en el planeta también cuenta, porque el futuro de otros depende de esta elección. Y así sucede con todas las decisiones: tener hijos, comprar carro, viajar en avión, etc.

A eso le llaman algunos el «modelo de aislamiento» (isolation model), en el que dejamos de ver a los otros afectados por mi decisión y nos enfocamos únicamente en nuestro deseo personal.

Finalmente, hasta que no cambiemos la visión que tenemos de la naturaleza, del otro animal, del otro humano, no podremos continuar.